Guía práctica para elegir la forma jurídica de tu startup
Poner en marcha una startup implica tomar decisiones estratégicas desde el primer momento. Una de las más importantes es elegir la forma jurídica de tu startup para iniciar la actividad. No se trata solo de un trámite legal: esta elección afecta directamente a tu responsabilidad como fundador, a la carga fiscal, al acceso a financiación o a la entrada de socios.
Si estás en ese punto en el que tu idea empieza a tomar forma y necesitas claridad, te contamos cuáles son las opciones más habituales y qué factores tener en cuenta para decidir.
Si necesitas un acompañamiento más cercano, puedes contar con nuestro servicio de asesoría para startups, especializado en el arranque y desarrollo de nuevos proyectos empresariales.
¿Qué opciones jurídicas existen para una startup?
Existen varias formas jurídicas entre las que puedes elegir. No todas son adecuadas para cualquier proyecto, y cada una implica distintas obligaciones, costes y ventajas. A continuación, repasamos las más relevantes en el ámbito emprendedor.
Autónomo/a
Es la opción más sencilla para empezar, sobre todo si emprendes en solitario y tu actividad requiere poca inversión. Como autónomo no necesitas constituir una sociedad ni aportar capital mínimo, y puedes darte de alta en Hacienda y en la Seguridad Social en el mismo día.
Sin embargo, debes tener en cuenta que responderás con tu patrimonio personal ante cualquier deuda o reclamación, lo que puede ser arriesgado si el negocio implica inversiones, contratación de personal o firma de contratos relevantes.
Cuándo puede ser útil:
- En fases de validación de la idea o testeo de mercado
- Si no vas a tener socios ni empleados en un primer momento
- Cuando la actividad requiere poca inversión inicial
Aspectos clave:
- Trámites y costes de inicio mínimos
- Fiscalidad por IRPF (según tramos de ingresos)
- Responsabilidad personal ilimitada
Sociedad Limitada (SL)
La forma jurídica más habitual entre startups. Permite separar el patrimonio personal del de la empresa, lo que supone una protección en caso de deudas o conflictos. La responsabilidad de los socios se limita al capital aportado.
Una de sus grandes ventajas es su versatilidad: puedes constituirla solo o con otros socios, repartir participaciones, atraer inversión externa y escalar con una estructura legal estable. Si emprendes en solitario, puedes optar por una Sociedad Limitada Unipersonal (SLU), que ofrece los mismos beneficios en cuanto a limitación de responsabilidad, pero con un único socio. Desde 2022, el capital mínimo legal es de 1 €, aunque se recomienda aportar una cantidad suficiente para cubrir los gastos iniciales.
Cuándo suele ser la mejor opción:
- Cuando vas a emprender con más personas
- Si el proyecto tiene proyección de crecimiento
- Si prevés buscar financiación o incorporar inversores
Aspectos clave:
- Capital mínimo desde 1 €
- Fiscalidad por Impuesto de Sociedades (25% general)
- Obligación de llevar contabilidad mercantil y presentar cuentas anuales
Posibilidad de formalizar pactos entre socios
Sociedad Anónima (SA)
Es una forma jurídica diseñada para grandes proyectos empresariales o empresas que van a captar capital a gran escala. Permite emitir acciones, acceder a mercados financieros y atraer inversores institucionales, pero también implica mayor rigidez en su funcionamiento y un capital mínimo elevado: 60.000 €.
En fases iniciales rara vez es la opción adecuada, salvo que el proyecto nazca con una inversión considerable y una estructura accionarial compleja.
Cuándo puede plantearse:
- En proyectos tecnológicos con rondas de financiación potentes
- En operaciones vinculadas a grupos empresariales o capital riesgo
- Cuando se prevé una futura salida a bolsa
Aspectos clave:
- Capital mínimo de 60.000 €
- Fiscalidad por Impuesto de Sociedades
- Mayor exigencia en gobierno corporativo y gestión
- Estructura pensada para gran escala
- Pensada para grandes proyectos o futuras rondas de inversión importantes
Tabla comparativa de las estructuras legales más habituales para una startup
Figura | ¿Cuándo encaja? | Responsabilidad | Fiscalidad |
Autónomo/a | Inicios individuales, sin socios ni grandes compromisos | Ilimitada | IRPF según tramos |
Sociedad Limitada (SL / SLU) | Proyecto con socios, inversión o potencial de crecimiento. También válida para emprendedores individuales que quieren limitar su responsabilidad. | Limitada al capital aportado | Impuesto de Sociedades (25% general; 15% para nuevas entidades) |
Sociedad Anónima (SA) | Escenarios con alta inversión, rondas potentes o salida a bolsa prevista | Limitada | Impuesto de Sociedades (25%) |
¿Qué tener en cuenta a la hora de elegir la forma legal para una startup?
Elegir la forma jurídica de tu startup no debería depender solo de lo rápido o conocido que sea un trámite. Es una decisión estratégica que conviene tomar con una visión realista del proyecto. Estos son los factores clave a valorar:
- Número de personas implicadas. Si emprendes en solitario y estás en una fase inicial, una fórmula individual puede ser suficiente. Pero si hay más personas implicadas —como socios fundadores o colaboradores con intención de entrar en el capital—, conviene establecer una estructura societaria desde el principio. Así se definen derechos, obligaciones y criterios de decisión.
- Entrada de socios o inversión externa. Si vas a abrir el capital a inversores, aceleradoras o fondos, es esencial contar con una forma jurídica adecuada y fiable. La Sociedad Limitada (SL) suele ser la opción más utilizada en estos casos, ya que permite regular la incorporación de nuevos socios mediante estatutos y pactos.
- Nivel de riesgo de la actividad. Cuanto mayor sea la exposición a compromisos económicos, contratos o personal, más recomendable será limitar la responsabilidad personal con una sociedad mercantil.
- Proyección de crecimiento. Si tu idea tiene potencial de escalar o diversificarse, necesitarás una forma jurídica que no te limite a corto o medio plazo. Algunas estructuras permiten crecer con más agilidad que otras.
- Imagen frente a terceros. En ciertos sectores, operar como sociedad mejora la percepción ante clientes, proveedores o administraciones. Transmite solidez y profesionalidad.
- Obligaciones contables y fiscales. Cada forma jurídica tiene implicaciones distintas. Es importante saber qué tipo de contabilidad deberás llevar, qué impuestos te afectan y qué obligaciones formales tendrás que cumplir.
¿Tienes dudas sobre qué forma jurídica encaja mejor con tu proyecto?
Cada startup tiene su propio ritmo y necesidades. Si no tienes claro cómo elegir la forma jurídica de tu startup o simplemente quieres validar tu elección con alguien que entienda bien este tipo de procesos, podemos ayudarte.
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